Su fachada más extensa y llamativa es la situada en la calle Marqués de Molins, un impresionante telón de fondo de estilo ecléctico. La parte baja ha cambiado su fisionomía por bajos comerciales mientras que el resto de alturas mantienen su esencia original. El edificio cuenta con 4 plantas más el ático donde predominan los grandes balcones.
En la parte central del edificio hay una escultura conocida como “Los niños de la bola”, donde tres figuras infantiles sujetan el globo terráqueo. A ambos lados del edificio, se pueden ver cabezas de gárgola, símbolos tradicionales para espantar los malos espíritus.
Desde abajo, la mirada se eleva por su fachada hasta llegar al elemento más característico del edificio: una gran cúpula azul escamada, similar a la del Gran Hotel. Rematada por una criatura mitológica con las alas desplegadas entre dos delfines. Se trata de un grifo, que sostiene un medallón ovalado con las iniciales “J C”, en honor a José Cabot Jubany, alcalde de Albacete durante un breve periodo de tiempo en 1910. Y la fecha de finalización del conjunto en 1924.
Esta esquina monumental se ha convertido en uno de los grandes símbolos urbanos de Albacete. Un escaparate arquitectónico que no pasa desapercibido.
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