Ubicado en una esquina muy transitada del centro de Albacete, el edificio de Filiberto Cano se alza entre las calles Tesifonte Gallego y Calle Tinte. Un cruce de calles lo que le permite dos fachadas en cuatro alturas, cada una con una disposición diferente, aunque siguiendo el corte clásico en todas ellas. Fue construido en el año 1922 por encargo de una familia adinerada, y diseñado por dos prestigiosos arquitectos de la ciudad: Julio Carrilero y Manuel Muñoz.
De estilo elegante, con detalles decorativos propios de la arquitectura de principios del siglo XX, su fachada es llamativa, especialmente en la esquina curva o “chaflán”, donde se encuentra una puerta de acceso bajo un tejado sobresaliente.
En el interior, aunque no es visible desde fuera, hay un patio de luces que da claridad a las estancias centrales. Las habitaciones estaban organizadas por zonas: la de servicio, la de los propietarios y la de visitas. Desde las ventanas del chaflán se podía ver toda la calle.
La planta baja del edificio ha tenido muchos usos a lo largo de los años. Hoy alberga varias tiendas y una cafetería, por lo que sigue siendo un espacio con vida, en pleno corazón comercial de la ciudad.
El edificio de Filiberto Cano es una de las construcciones residenciales más emblemáticas y bellas del centro de Albacete.
Su historia, su diseño y su ubicación lo convierten en un lugar destacado dentro del patrimonio urbano de la ciudad.
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